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lunes, 12 de septiembre de 2016

Unos cuantos poemas...



Algunos poemas de Llegado el momento:


AUNQUE PUEDA SER TARDE
                                            

Si a la deriva escuchamos el rumor
de una playa próxima,
con un Sol que nunca se pone
y una arena que no quema.

Si se pega la sal en la garganta
y los recuerdos son olas que nos arrastran.

Aunque flaqueen las fuerzas,
aunque pueda ser tarde
y entregado se duerma el Sol
en el aire de los castillos,
resta nadar hasta la auténtica playa:
Superficie de nuestro tiempo,
orilla de los designios,
puerto natural de cada travesía
y único destino de los naufragios.



COLATERAL


Un disparo, un perro que corre buscando la caída, y unas plumas 
todavía en la libertad del aire. Alegría en la orilla de unos ojos sólo 
abiertos. La nada en la boca del obligado discípulo que mueve 
la cola junto a su dueño. Cerca, unos polluelos en su nido esperan
un alimento imposible.



CONFÍN


Del humo pende una luz
que aleja en hilos la llama,
y aún busca tacto la mano,
y anda sin pasos la sombra.

Y entre el humo de la hoguera,
como pez consumido en sus espinas,
queda a la deriva
el perfume de las rosas.



CRITERIO
                     

Ave de alas invisibles
                              vuela
de palabra en palabra y entre el viento
de tus ojos descubre mil imágenes.

Y oteando la cizaña y el trigo,
hoz y paloma al tiempo.

  

CRUCIFICADO DESDE ENTONCES



No pude, no pude,
o no supe retenerte.

Y, desde entonces,
cual mármol que se inmola
en la cruz de la noche,
así, lanceado por sus vetas,
mi amor cuelga de tu ausencia.



DENTRO DEL TIEMPO
                                             

Existe un tiempo dentro del tiempo,
más intenso y real
que el de la eternidad que nos lleva.
Ese que sin lluvia humedece
que sin Sol, a veces, seca.

Existe un tiempo
que a la sombra de los relojes respira.
Ese tiempo que en el vacío del día se oculta
y en el frío balcón de la noche asoma.

Sí, existe un tiempo invisible,
un polizón en el viaje obligado
de horas, minutos y segundos.
Es ese tiempo
que desde la prisión de cada latido golpea,
un rebelde
que no consigue entender
la condena perpetua que cumple.



DIFERENCIAS


Cargaban toda la compra en el maletero del coche junto
al que Rebeca estaba sentada. Era viernes y avanzaba 
la tarde de aquella alegre familia hacia el fin de semana. 
Ella, en cambio, sonreía sin saber distinguir este día de 
cualquier otro. Dio un bocado de cuatro años al trozo de
pan que mantenía firme con una mano mientras con la 
otra dirigía, hasta los ojos de los transeúntes, aquel cartel 
con la parte más amable de su biografía.




DILUCIÓN

  
Entre ladridos a la Luna, bancos vacíos,
y árboles que arrullan a los pájaros,
diluye su mirada última
en el horizonte de esta noche de diciembre
donde, como lágrima de luz sola,
una
        estela
                   rinde
                          homenaje
a la libertad sin orillas del instante.




DOBLE SOLEDAD


Sólo en la soledad más sola
nos arrastra la mano de otro muerto.

Hay el eco de risas en unos labios hechos lápida,
y esos ojos sin niños en sus globos.

Y no hay nada más solo que dos muertos, nada.

Y no hay nada más triste que sentir
a la muerte dos veces, siendo uno sólo.



DORMIDO


Te pusiste como Sol de invierno.
Después, mi corazón helado
y el calor de tu recuerdo
crearon la niebla que me persigue.

Prefiero seguir dormido
en la sonrisa de aquellos días
que despertar, aterido de soledad,
en medio de tanta ausencia.



ELEGÍA


No hallo rocío en las hojas,
ni el aire de los pájaros que no hay.
Ningún país, ciudad, calle…
Únicamente tierra:
la tierra de tu imposible.

Y el mar no se aparta,
y los peces y el pan no se multiplican,
en esta tierra turbia
donde vuelan las cenizas sin ave,
donde
no hay más Demonio
ni más Dios que tu recuerdo.

Sólo a veces, cuando la noche ofrece
en plenilunio tus entrañas,
me engaño en el clímax
de esos días que no               alcanzo.

Y en cada despertar:
anhelo el algoritmo de tu vuelta.



EN  OTRAS TIERRAS

                                               
En estas tierras,
ciudades de casas ciegas
sin Sol en las ventanas,
esconden voces de barro,
frágil suelo de la calle
donde se acaba el hombre.

Tal vez en tierras lejanas
vuelen las mariposas
que nacen en la mirada. Allí,
donde el pétalo caído
duele siempre en cualquier flor.

Tal vez en otras tierras se encuentre
un nuevo Sol y agua limpia de verdad,
y los trajes de domingo
no atavíen los engaños.
Y un rastro de luz,
mar adentro nos aleje
de esa orilla entre penumbras.

No, en estas tierras no,
tal vez en otras tierras.



INSOMNIO


Llegan las piedras del día
hasta el cielo de los sueños,
del que ha caído esta Luna,
rota espuma entre las olas.

Y con este mar de fondo,
entre las tinieblas lucha,
el alma del navegante.



LA OCASIÓN


La carne encuentra su silueta
en este lar eterno de combate.
Esgrime su metal cada minuto,
mas siente sine die la derrota.

En la ocasión reside la victoria,
el latido cierto en lo cierto,
y el anhelo en su viaje sin retorno.