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sábado, 28 de abril de 2012

LLEGADO EL MOMENTO

No hará falta que los peces boqueen
sus escamas al agua
y caigan como aves heridas
las espigas hasta el suelo.

No hará falta una orilla del poco aire
desde donde,
aún con ojos y con manos
y con la luz del recuerdo,
se divise el abismo de la carne sola.

No hará falta saberse tan lejos,
no hará falta sufrirse tan tarde,
ya no hará falta nada:
ni un soplo de viento arcano.












Pintura de Sara Gálvez  (2008)

viernes, 27 de abril de 2012

SENECTUD


Por el cielo menos azul del día

atraviesan, como si fueran pájaros,

las horas añoradas de la infancia.

Y entonces –en el mismo firmamento–,

de esa luz indeleble del pasado,

nace un ocaso nuevo que distingue

miradas de niño en ojos ancianos.





Imagen:  "Sol de tormenta".
Poema publicado en la contraportada del nº 1 de LA TORRE DEL VIRREY (Revista de Estudios Culturales).

jueves, 26 de abril de 2012

A PESAR DE TODO




Aunque la bocina de los coches no suspire por tus piernas
y el asfalto no despierte tras tus pasos sin tacones
y olvide la calle nuestra película de ayer
y sólo mi memoria esté libre de arrugas.

Aunque el horizonte quede tras los edificios
que robaron la luz de las últimas semillas del barrio.

Aunque este tiempo,
el del tacto casi en los huesos, nos asuste
más por lo que no fuimos poesía
que por lo que somos ciudad.

Y aunque yo no tengo apenas fuerzas para escribir,
y tú, ni cogida de mi mano me recuerdas:
Recupero el paisaje
en tu sonrisa
y huelo la hierba
en la luz de los semáforos.
LUCHA CON EL VACÍO




Si tu espacio está lleno de agujeros negros
y las ventanas dan a un jardín de cristales
de la luna llena que enmarcaba el mar.

Si el horizonte arruga el cielo del azul
y del resto de los colores se olvidó.
Y ya sabes que se ha borrado
el camino del último sueño con nadie,
y ahora es una pesadilla hallarlo
en el mapa cada noche.

Si te adelantan en las horas
y cuando llegas
se han llevado tu tiempo en buena lid,
pero tu corazón no aprieta ya los puños,
ni consigues llorar los ojos de sus órbitas.

Por más que sientas que no te puedes,
no abandones.
Y como sierpe:
Intenta romper esa piel que envuelve
el vacío inmenso que te consume.