Decís que me encontraba en coma,
mas sé ahora que estuve muerto.
Os confieso
que no percibí la ausencia,
ni la tan temida soledad;
sonido, silencio; sombra, luz. Nada:
como no nacido hasta esta resurrección.
Es sólo de los vivos el cielo,
ahora lo sé,
genuino santuario de toda circunstancia.
Me gusta, me gusta mucho. Crudo y honesto. Muy bueno.
ResponderEliminarUn gusto conocerte.
Trini